Pues para llenar un poco este espacio de antesala al inminente comienzo de temporada, os ofrezco en esta ocasión un escrito que he rescatado indagando por los archivos de mi ordenador. Lo escribí hace algún tiempo y estuvo dando vueltas y lecturas por muchas webs y foros de ese fútbol del que se habla.
He aquí una cuestión para algunos tremendamente difícil de comprender, de asimilar en los tiempos que corren actualmente, donde somos arrastrados por ese bombardeo de medios, de marketing, de glamour en torno al futbol de élite, el que moviliza y atrae a las masas, el que es el centro de atención en todo el país durante toda la semana.
La extraña cuestión es de porqué somos así otras personas, los que a pesar de los pesares seguimos aferrados a lo nuestro, identificados con lo que realmente nos interesa y nos afecta, al futbol cercano, la mayoría de las ocasiones muy humilde y modesto, a nuestro futbol, al futbol del equipo de nuestra localidad.
En torno a ese futbol no hay tantos medios de comunicación, ni sale tanto en la televisión ni en la prensa, sus jugadores son humildes y casi desconocidos, juegan en campos discretos, los llamados campos de tercera donde la afluencia de público es escasa, faltan los recursos y abundan las penalidades.
Problemas económicos no digo yo para crecer, sino hasta para subsistir, las ayudas no abundan, para los grandes patrocinadores no somos gran cosa y muchas veces solo nos queda el camino de poder trabajar bien la cantera.
El aficionado de un equipo de este tipo, el que suele ser en la mayoría de las ciudades, sobre todo cuando la cosa está floja, una inmensa minoría. Este aficionado tiene que aguantar la ironía y hasta el desprecio del que nunca fue al futbol que hay en el estadio de al lado de su casa, de el que no le arde la sangre ni la curiosidad siquiera de asomarse algún diíta a ver un partido, aunque casi se le regale la entrada y el que prácticamente nos tiene por auténticos locos.
Esos locos somos así, porque sabemos que somos muy pocos y porque si no estamos nosotros, nadie de afuera va a venir a sacarnos a flote ni a ayudarnos a tirar para adelante. Somos así porque somos amantes de lo nuestro, de nuestras raíces, de nuestra historia, de nuestros colores, de esa idiosincrasia tan peculiar que nos hace a cada club diferente, porque nosotros también somos históricos
Somos de esta manera porque se sufre muchísimo, pues en el campo se está jugando algo verdaderamente nuestro, se vive lo que allí ocurre intensamente, como si nos fuese la vida en ello, como si ese destino, ese resultado o esa clasificación final fuera algo nuestro y allegado, pues en realidad así lo es.
Cuando se producen, las alegrías son mucho mayores, se disfrutan de una forma y con una emoción difícil de explicar, difícil de comprender si no se ha vivido intensamente cada uno de nuestros partidos, si no se ha viajado por esos campos, si no se ha tenido un trato afable y cercano con el equipo y la gente, si no se ha gritado, se ha animado, se ha dado color a la despoblada grada con nuestras bufandas y banderas, difícil de comprender si no se es de un humilde equipo de TERCERA.
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