lunes, 30 de agosto de 2010

LA ANÉCDOTA DE LA SEMANA, Jornada1: Atleti 1-0 Los Palacios



Pues primer partido de liga en nuestro estadio, muchas ganas de futbol, muchas ganas y alegría de reencontrarse con los amigos, en nuestro campo no dejan de sucederse cosas y hechos en abundancia, yo diría que casi sucesivamente, uno detrás de otro.
Muchísima calor, pues todavía estamos en Agosto, ya sabemos como pega el solano en nuestra banda pese a la hora tardía del partido y nuestro amigo Pirri, que se hartó de hondear la nueva banderola gigante que hizo Rafalito, nada más que vió que la sombrita se iba corriendo hasta nosotros va y dice: ¡Huy, ya estamos en sombra, sol y sombra igual que en los Toros!.
La verdad es que hoy estaba inspirado, en la segunda mitad Javi Dominguez intenta meter un balón en profundidad con su zurda, la pelota se eleva y va a parar a nuestra banda, un chaval de nuestro público salta de su asiento y da al esférico Jabulani un acrobático cabezazo. Al ver eso Antonio grita como un poseso señalándolo: ¡Fíchaalo, Fichaalo! Pero eso con tono argentino, vamos, para partirse, que arte.
Gran encuentro de Benitez, jugador jerezano que agradó mucho a la parroquia y que se disponía a botar una falta, a eso que va un gracioso y dice: ¡Huy, Benitez el de los muebles!. Este Benitez es de caoba caoba. Relacionando al jugador con el empresario sanluqueño de la madera.
Instantes finales de sufrimiento por lo delicado que estaba el resultado, dos intervenciones increíbles de nuestro portero portuense Moisés que salvó el partido.
A eso que vamos a por él para que entre abrazos se acerque a la Marea, la que le dedicó una gran ovación a pié de banda. El Moi que a parte de ser un grandísimo portero es mejor persona, de camino hacia ese rinconcito bendito donde le esperaba enfervorecida nuestra plebe, me decía que estaba muerto y que a las seis de la mañana se tenía que levantar para trabajar.
Que de cosas pueden suceder en un partido, como mi amigo Pirri entre lance y lance no paraba de ofrecerme invitarme a una cervecita de nuestra cantina porque esta vez tenia 5 euritos en el bolsillo, su casi siempre debilitado bolsillo, decía que quería hacerlo porque yo ya lo había invitado con gusto muchas veces y porque hoy tenia dinero. Tras su insistencia no tuve mas remedio que aceptar y tomármela con él. Al final del partido y todos contentos por la victoria le acercamos a su casa a Bonanza, a su paraíso marinero frente al Guadalquivir, nos dio las gracias multitud de veces, se despidió cariñosamente de su pequeñín amiguito rubiasco y le envió besitos para su hermanita.
Quedamos para otro día, para volver a ver el próximo partido de la Leti, o para cuando le llamemos y vayamos a buscarle para hacerle su entrevista.
Que momentos y que cosas tiene este futbol maravilloso de la Tercera.

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