LA ANÉCDOTA DE LA SEMANA: Jornada 23, Atleti 2 - 2 Pto Real

Derbi provincial del que siempre se espera lo mejor y la verdad es que el partido fue atractivo y nuestra gente que acudió en buen número, volvió a disfrutar de una entretenida tarde de futbol.
En pleno momento de ebullición y animación, cuando nuestro equipo que empezó perdiendo, buscaba el empate. Nuestro bombo golpeado por el Calvo sonó raro, ante el fuerte golpeteo había saltado una de sus varillas y enseguida el Rafi, llave inglesa en mano, empezó a reparar la avería sobre el terreno.
Para que después digan que nuestro grupo no es previsor y organizado.

Averia.

La Leti que empata con un gol en propia puerta y al filo del descanso, falta que vota Chiqui casi de medio campo y golazo que se traga el portero puertorrealeño.
Por supuesto esta acción no iba a pasar desapercibida para nuestra gente, que al ver ese gol “tragao” se le canta al guardameta: ¡ECHALE PAPAS! ¡PORTERO ECHALE PAPAS!.

En el descanso, dos de nuestros chiquillos más traviesos e intrépidos que se mueven por el Palmar como por su casa, los que ya habían estado haciendo diabluras agitando sus refrescos, se despidieron de nosotros adentrándose en el embarrado terreno de juego.
Según ellos se iban para Preferencia, tenían intención de hablar con nuestro mister Pepe Carrete que había estado dando instrucciones enérgicamente tras el banquillo. Por lo visto tenían la intención de comunicarle al mister de que si ganábamos la Marea Verde le iba a coger en hombros. Que pasada, y vaya que si se lo dijeron…
Lástima que el encuentro finalmente no se pudiese ganar y que por esta vez esa proposición haya quedado pendiente.

Dos diablillos.

La segunda parte estuvo pasada por agua, la lluvia arreció con fuerza y nuestro amigo José Antonio Camacho, tuvo que resguardarse para hacer su trabajo ayudado por un paraguas y un pequeñín. Ya los cachondos de la Marea habían bromeado cantándole al hombre : ¡YA ESTÁ AQUÍ EL CANAL +!. Vaya pedazo de pan este matemático.

CANAL +

Vaya la que nos calló encima, nos pusimos chorreando completamente, ante tal chaparrón a la intemperie, de nada sirvió la protección de nuestra enorme bandera, mientras veíamos y bromeábamos con la imagen del frente con ese palco resguardado bajo techo y atestado de gente.


El techillo.

En pleno chaparrón hubo de todo, bailes, todo tipo de movimientos y artimañas para resguardarse o cobijarse del aguacero, e incluso hubo tiempo para las relaciones personales. Ya es conocido el don de los mareistas como galanes, castizos, conquistadores y bien parecidos. Prueba de ello es que a nuestro grupo cada vez se incorporan más féminas.

En este campo la verdad es que ocurre de todo de todo, incluso cuando cae agua a mantas.


Lás féminas.