Pues vaya tarde tan anecdótica la vivida en el Palmar el día de la visita del Racing. Todo empezó cuando comenzaron a llegar como una gratísima invasión roja, nuestros amigos de la afición del Portuense; tuvimos los primeros abrazos y los primeros saludos allí en nuestro lugar de reunión, en los aparcamientos del Tropezón.
Nos saludamos niños y mayores, charlamos un ratito y quedamos encantados y prendados de la gracia y la simpatía de la abuela de Los Pieles Rojas, una señora encantadora que megáfono en mano nos demostró tener una gran vitalidad y amor por sus colores pese a su edad.
La abuela Piel Roja
Una vez ya en pleno partido, cada afición ocupó un lugar de ataque en la General, los cachondos de la Marea repitiendo una y otra vez ese ¡HOLA PIELES ROJAS!, jeje y los Pieles Rojas concentrados en el encuentro que no se enteraban pero seguro que les llegó la coletilla de después del cantecito…, que risa. Vaya par de aficiones…
La Marea mirando hacia los Porteños
Durante el descanso se tenía previsto una entrega de regalitos por parte de los pequeños de la General a los del Racing, pero ante tal desconcierto todos los chiquillos invadieron el terreno de juego para jugar juntos a la pelota, aplazando por su cuenta la entrega de esos detallitos para la quedada que se celebraría al final del partido, está visto y comprobado de que aquí los mayores somos un cero a la izquierda, ya sabemos quienes son el futuro y los que mandan.
Amigos para siempre
En la segunda parte, cuando más interesante estaba el encuentro, se acercó a nuestro grupo un señor mayor enchaquetado muy elegante, se le veía un poquitín cargado y preguntaba para hablar con alguien de la Marea. Como suele pasar con estas cosas, el personal escurre el bulto y me lo pasó a mí. El señor me explicó que era un inversor poderoso presidente de una antiquísima peña de la Leti, “La Peña el Búcaro”, tenia intención de resucitar o reflotar esa peña y esta vez fundida con la Marea Verde, todo un ambicioso proyecto de afición.
Después de oirle contarme unas batallitas de un partido en Huelva de la Leti en Segunda B, yo que le oía atentamente mas que nada por educación y al ver el estado del señor, me preguntaba si hacer frente a ese proyecto conjunto valdría la pena o si esa peña no podría llegar a ser ni siquiera un piñón.
Por cierto el de la Peña el Búcaro que apenas conocíamos estuvo en la quedada y se fue de los últimos, jeje.
A renglón seguido empezó el capitulo del Paquirrín, un aficionado de los más entendidos de futbol en el Palmar, pero que su pasión por la Leti le hace piropear sutil y cariñosamente a linieres y colegiados cada partido. El caso es que esta vez el Paquirrín, al que muchos dicen con humor que habría que lavarle la boquita con lejía, se puso a animar con nosotros para ayudar a ganar ese partido, que osadía, ponerse a animar con la Marea, lo que nunca había ocurrido.
El Paquirrin y no el de la Pantoja.
Luego lo que vino después, un nuevo empatito, esa quedada convivencia al final del partido con nuestros amigos racinguistas que duró hasta casi media noche, y todo lo que contaremos en un artículo especial sobre el evento que estamos elaborando para publicar a posteriori.
La verdad es que la tarde no estuvo nada mal, todo salió muy bien, mucha gracia, mucha animosidad, el mismo buen rollo de siempre y todo lo que es nuestra gente y nuestro estadio.
Fijaros lo elegante que venia el Pirri para la ocasión, fijaros que camisa tan bonita, la verdad es que Antonio tiene muchísima clase.
Todo un pincel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario