lunes, 29 de noviembre de 2010
LA ANÉCDOTA DE LA SEMANA, Jornada 15: Atleti 1-1 Industrial
Pues tarde lluviosa y desapacible en el Palmar pero no por eso no iban a ocurrir un montón de cosas antes, durante y después de ese partido disputado de poder a poder.
Apenas habíamos entrado en el estadio, el Cristian, uno de los niños de la General, uno de los valientes que pese a la tarde que se presentaba se atrevió a ir al futbol. Vemos como el pequeño está viendo de cerca el calentamiento de los ingleses del Industrial e incluso mantiene un dialogo con alguno de sus jugadores. Una vez los futbolistas se meten para la caseta, le preguntamos al Cristian que qué era lo que le habían dicho y va nos contesta: ¡Aguachin guachin guachin gua!, se veía que no se había enterado de mucho en ese idioma extranjero, jejeje, que cosas les ocurren en el Palmar a nuestros chiquillos.
El Cristian.
No habían salido todavía los jugadores de la caseta para comenzar el encuentro cuando desde la General vemos que sale de los vestuarios uno de los asistentes de Nuñez García, sabíamos que a la salida de esas lujosas y confortables dependencias había mas de dos cuartas de agua, el caso es que el pobre hombre pegó un zarpajazo que no veas que risa, ante las carcajadas se levantó enseguida pero se tuvo que cambiar hasta su reluciente camiseta.
La cosa iba de zarpajazos porque José Manuel el Negro el padre del Cristian, tiene costumbre de subirse sobre la baranda sobre todo cuando el encuentro se pone emocionante en las segundas partes, cuando nos dimos cuenta se había resbalado y se había caído de cabeza hacia la banda enredado en la pancarta de Rafalito patas arriba, vaya show, menos mal que no se hizo daño, todavía nos duelen los mofletes de reirnos
El Negro sobre la baranda.
El encuentro fue emocionante y el resultado incierto, nos llovió durante toda la segunda parte y alguno se acomodó lo mejor que pudo y se adaptó muy bien a las circunstancias, el caso era intentar no mojarse por fuera, hacerlo solo por dentro y no dejar de tocar con fuerza ese bombo animando a la Leti.
El Rafi y su bombo.
La lluvia era fina y caladera, no pudimos empatar hasta el final, pero la Marea se rió y se divirtió de lo lindo, el clásico grito de AUNQUE LLUEVA, AUNQUE TRUENE, LA MAREA SIEMPRE VIENE y un grito con mucha guasa diciendo GIBRALTAR ESPAÑOL que irrumpió en el estadio varias veces durante el partido.
Incluso en esa segunda parte bajo la lluvia, hubo ocasión hasta de marcarse una sevillanita para quitarse el frío como hizo nuestra amiga Lourdes, una aficionada que sin ser de aquí, es socia de la Leti , se desplaza y casi nunca falta a la cita, es una más de nosotros y la mejor de las mareistas..
Baile por sevillanas.
Se acabó el encuentro, se pudo empatar y muy poco faltó para poder ganar. Después de recoger nuestros bártulos y banderas todos empapados, nos dirigimos a la entrada para tomarnos algo en el Bar del Club y ver si podíamos saludar como es costumbre a algunos jugadores.
Cuando me di cuenta nuestro amigo Rafi tenía junto a la barra de Antonio a uno de los mejores jugadores ingleses, era Ryan Burge que hoy no había podido jugar por sanción.
El Rafi con un inglés chapurreao invitaba a Ryan a una tapita de morcilla serrana que nos puso Antonio y que el inglés nunca había probado.
Que risa cuando el Rafi le decía: “This is pork, pork”
Ryan Burge comiendo morcilla.
Que pechá de reír, sobre todo cuando el Negro metió a medio equipo industrialista dentro del bar y empezó a repartirles morcilla con picos y paquetes de papas fritas, que barbaridad, que rato, se veía que había bastante apetito después del encuentro.
Según les pudimos entender, en el lujoso complejo hotelero de Monte Castillo el equipo tiene una dieta muy controlada y esta serie de cosas no las comen habitualmente…
El Negro con Pierre Hall.
El Rafi con Ryan Burge (Fijaros en las dos caritas de detrás)
Pudimos saludar a un viejo conocido, a Quique Caballero, el entrenador industrialista que nos recordó y saludó con simpatía y según iban pasado todos los ingleses por nuestro lado, esos cachondos de la Marea les iban preguntando la nacionalidad, y a todo el que decía “british” se le daba una palmadita en la espalda y se le contestaba: “congratulations”.
Que pechá de reír, con deciros que se descojonó hasta nuestro presidente que estaba por allí …
La Marea con los Ingleses.
El caso es que nos mojamos, esta vez vimos un partido intenso y bastante aceptable de nuestro equipo y sobre todo, lo que siempre sobra y nunca falta, mucho amor por nuestros colores, mucha risa, muy buen rollo, y muchísimas ganas y disposición de pasarlo bien en nuestro estadio.
Tarde de Paraguas.
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